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Cuando se es profesional, volver al trabajo es como montar en
bicicleta, y todos los compañeros trasladados a la fábrica de Puente Genil lo
somos, por lo que el retraso en la puesta en marcha de las líneas de donuts y
bollycao se podrá achacar a la mala organización, a falta de planificación, etc.,
pero nunca a los trabajadores.
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Que fácil es eludir responsabilidades desde la dirección,
pero el tiempo pondrá a cada uno en su sitio, por cierto en las incorporaciones nos daban
palmaditas en la espalda por ser los mejores, “ya es hora de quitarse la careta”.
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A lo único que NO nos acostumbramos ni nos vamos acostumbrar
es al no tener 12horas de descanso entre la finalización de una jornada y el
inicio de la siguiente, y a los continuos cambios de horarios de entrada que se
producen a diario.
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