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Hoy en una de las calles
principales de Puente Genil, y a pocos minutos de la fábrica que Panrico tiene
en esta localidad perteneciente al Grupo Bimbo hemos
quedado con Antonio, al cual
felicitamos por el nacimiento de su segundo hijo.
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Aunque feliz por este
acontecimiento, Antonio nos cuenta
que su situación es insostenible, nos relata que él era unos de los 144 trabajadores de Sevilla que tenían
que ser trasladados a la fábrica de Puente Genil para producir aquí los mismos
productos que fabricaba en Sevilla (Donuts y Bollycao)
y que aquí en Puente Genil no se fabricaban, nos matiza que de esta
forma solo se cambiaba el lugar de trabajo pero todos seguiríamos haciendo lo
mismo sin quitarle el trabajo a nadie.
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Antonio nos
cuenta que mientras esperaba la fecha del traslado fue consumiendo meses de
desempleo y que entonces de forma inesperada la empresa comunicó que no podía
cumplir con el calendario de incorporaciones pactado, pero que sería cuestión
de tiempo y que confiaba en poder cumplir con lo firmado.
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Antonio nos
sigue comentando que junto a varios compañeros aceptó trasladarse a Madrid para
suplir vacaciones, naciendo allí su hija, y aunque quiso consolidar su traslado
en Madrid la empresa no aceptó, tras los meses de verano se tuvo que regresar a
Sevilla, ahora nos dice que sí, que trabajó los tres meses de verano pero que
fueron más los gastos que tuvo que los ingresos.
Sigue relatando Antonio que se ilusionó cuando le
ofrecieron trabajar en la fábrica de Puente Genil, se trasladó con su familia y
se estableció de forma definitiva, donde ha hecho muy buenos amigos, y se
siente querido e integrado totalmente.
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Lo que no esperaba Antonio es que después de 18 meses continuados
trabajando en Puente Genil le extinguieran la relación laboral, “me he forzado día a día, implicado enseñé
a trabajar a los compañeros en los distintos procesos productivos”.
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Antonio ve
incrédulo como la Empresa ha mantenido y mantiene un gran número de
contratación eventual y sigue sin cumplir con los acuerdos firmado.
Después de dos aplazamientos Antonio espera que el próximo 6 de
octubre se celebre el juicio, y tiene la esperanza de recuperar su puesto de
trabajo.
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Sin desempleo Antonio ha tenido que recurrir a pedir
ayudas sociales para sobrevivir, y termina diciendo “no le deseo a nadie que pase por lo que yo estoy pasando, es inhumano”.
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Al igual que Antonio hay otros 19 compañeros en
situación extrema y todo por, “el incumplimiento de los acuerdo del ERE de cierre de la
fábrica de Sevilla”.
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