domingo, 25 de septiembre de 2016

Entrevista agridulce

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Hoy en una de las calles principales de Puente Genil, y a pocos minutos de la fábrica que Panrico tiene en esta localidad perteneciente al Grupo Bimbo hemos quedado con Antonio, al cual felicitamos por el nacimiento de su segundo hijo.
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Aunque feliz por este acontecimiento, Antonio nos cuenta que su situación es insostenible, nos relata que él era unos de los 144 trabajadores de Sevilla que tenían que ser trasladados a la fábrica de Puente Genil para producir aquí los mismos productos que fabricaba en Sevilla (Donuts y Bollycao) y que aquí en Puente Genil no se fabricaban, nos matiza que de esta forma solo se cambiaba el lugar de trabajo pero todos seguiríamos haciendo lo mismo sin quitarle el trabajo a nadie.
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Antonio nos cuenta que mientras esperaba la fecha del traslado fue consumiendo meses de desempleo y que entonces de forma inesperada la empresa comunicó que no podía cumplir con el calendario de incorporaciones pactado, pero que sería cuestión de tiempo y que confiaba en poder cumplir con lo firmado.
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Antonio nos sigue comentando que junto a varios compañeros aceptó trasladarse a Madrid para suplir vacaciones, naciendo allí su hija, y aunque quiso consolidar su traslado en Madrid la empresa no aceptó, tras los meses de verano se tuvo que regresar a Sevilla, ahora nos dice que sí, que trabajó los tres meses de verano pero que fueron más los gastos que tuvo que los ingresos.
Sigue relatando Antonio que se ilusionó cuando le ofrecieron trabajar en la fábrica de Puente Genil, se trasladó con su familia y se estableció de forma definitiva, donde ha hecho muy buenos amigos, y se siente querido e integrado totalmente.
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Lo que no esperaba Antonio es que después de 18 meses continuados trabajando en Puente Genil le extinguieran la relación laboral, “me he forzado día a día, implicado enseñé a trabajar a los compañeros en los distintos procesos productivos”.
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Antonio ve incrédulo como la Empresa ha mantenido y mantiene un gran número de contratación eventual y sigue sin cumplir con los acuerdos firmado.
Después de dos aplazamientos Antonio espera que el próximo 6 de octubre se celebre el juicio, y tiene la esperanza de recuperar su puesto de trabajo.
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Sin desempleo Antonio ha tenido que recurrir a pedir ayudas sociales para sobrevivir, y termina diciendo “no le deseo a nadie que pase por lo que yo estoy pasando, es inhumano”.
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Al igual que Antonio hay otros 19 compañeros en situación extrema y todo por, “el incumplimiento de los acuerdo del ERE de cierre de la fábrica de Sevilla”
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